La opción Wesser by Rafa Limones

autor:Rafa Limones
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788416366231
editor: EDICIONES LABNAR
publicado: 2017-10-10T19:29:53+00:00

XVIII

Rebeca

A la misma hora en la que Dana era interrogada en la habitación de una especie de complejo militar, Rebeca daba los últimos retoques a una nueva pintura antes de salir hacia la academia. Se había acostumbrado a la vida en Viena de forma casi natural, y a convivir con otras estudiantes en la residencia femenina. Era un lugar refinado; no en vano, las estudiantes que se encontraban allí eran todas, sin excepción, de familias europeas de alto copete. La decoración era de estilo barroco, en el ambiente se respiraba arte, arquitectura, pintura, música, danza… Todas aquellas jóvenes tenían dotes excepcionales para las artes y cada una de ellas salía cada mañana hacia sus respectivas academias desde aquel hogar para señoritas. Tenían un régimen muy estricto, la formalidad en el vestir y sobre todo el silencio en las estancias eran el credo del albergue.

La joven cogió sus enseres de pintura y se dirigió a la academia. Por las calles aún eran visibles algunos rastros de las revueltas que hacía pocos días se habían sucedido en la ciudad. También los uniformes habían cambiado, habían pasado de ser los de la policía de Viena a los de los soldados de la Wehrmacht. La entrada de aquellos hombres al país había sido amistosa y en el plebiscito habían obtenido un amplio margen, por lo que en principio nada le hacía temer por su estancia en Austria.

Rebeca llegó a la escuela justo antes de las nueve de la mañana. Una vez dentro, encontró al director de la academia dando largos paseos por el pasillo con nerviosismo, hablaba solo, parecía renegar sobre algo. Solía ser un hombre muy tranquilo y paciente, por lo que la alumna encontró su comportamiento extraño. Rebeca intentó disimular que había visto la escena siguiendo su recorrido hacia el módulo donde se impartían las clases, entonces el director la llamó:

—¡Wesser! Por favor, ¿podría venir a mi despacho? Necesito hablar con usted.

No gustó demasiado a la joven ser llamada por el director en aquel estado, aun así, atendió al requerimiento.

—Claro, señor director.

Rebeca entró al despacho y se sentó en una de las sillas estilo Luis XV, todo el despacho estaba decorado como un palacio, el hombre tenía un gusto exquisito por el arte y el mobiliario de época. Rebeca no tardó en temerse lo peor, la falta de noticias desde Berlín, sumado a las dudas que le había explicado Dana sobre la familia, y los nervios del hombre, le hicieron presagiar que el director no la había llamado en esta ocasión para hablarle de arte. Muchos de los lienzos que Rebeca pintaba de los jardines y terrazas de la elegante Viena eran expuestos en la antesala de la academia, y no fueron pocas las veces que ilustres vecinos de la ciudad se interesaron por sus cuadros, de los cuales algunos se habían vendido, previa aprobación de Rebeca. Los movimientos continuados de las manos del director no indicaban que el tema a tratar fuese artístico:

—Señorita Wesser, tengo una mala noticia para usted.

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